Pocas empresas controlan con eficacia los recursos que gestionan, sin importar su tamaño. El equipo directivo siempre requerirá un modelo de gestión debidamente probado, que le aporte el marco de referencia necesario para dirigir y decidir.

Las empresas cuentan con distintas categorías de consultoría cuando ha llegado el momento de buscar apoyo externo. No son lo mismo la consultoría estratégica, la de IT, la de encargo o la de implementación.

La consultoría estratégica ayuda a las empresas a posicionarse, jerarquizar y seleccionar los mercados y actividades en las que desean desenvolverse, así como definir y revolucionar su modelo de negocio. La consultoría de IT (information technologies) proporciona instrumentos y elementos tecnológicos para gestionar los recursos y los procesos productivos. La consultoría de encargo realiza estudios o tareas específicas y, finalmente, la consultoría de implementación brinda apoyo para instrumentar las estrategias con la mayor economía de esfuerzos y recursos.

La consultoría de implementación es la única que trasciende el análisis y va más allá de las propuestas que deberán ser instrumentadas por los responsables internos. Esta modalidad de apoyo pone “manos a la obra”, se involucra con la empresa y ofrece resultados cuantificables.

La consultoría de implementación de Norris & Elliott identifica los problemas ligados a la asignación y la utilización de los recursos y aporta los elementos necesarios para solucionarlos.